MOLINA DE ARAGÓN A CUATRO VOCES MIXTAS  

                                                               Por Rafael Plaza Veiga, Bajo

 

 

Cantar en Molina de Aragón no es cualquier cosa, amigos. Y cantar a cuatro voces, dirigidos por el maestro sur-coreano Jae Sik, acompañado al órgano por su esposa Do Kyung Kim es ya algo que sobrepasa los mejores sueños de los amantes de la música. Si donde cantas es en una iglesia del calibre de la de Santa María de San Gil, abarrotada de los fieles de Molina (incluidos niños) y con el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus o el Agnus Dei del compositor norteamericano John Leavitt, uno acaba entendiendo, a pesar del amateurismo de los miembros del Coro de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), por qué algunos de los fieles presentes acabaron emocionados hasta las lágrimas. Si a esta parte añadimos la interpretación que del “Ave Maria” (inspirada en el Intermezzo de “La Cavalleria Rusticana” de Pietro Mascagni) hizo nuestra directora de Canto Chus García Casado, a dúo con el propio director Jae Sik, la emoción anterior rozaría el escalofrío.

Y es que los modestos participantes de este Coro de periodistas decidimos un buen día aceptar el ofrecimiento de uno de los ciudadanos de esta hermosa ciudad (Antonio Vega, hostelero de pro y miembro de la cuerda baja del Coro de la APM) para que aportáramos con nuestras voces la música sacra que Leavitt compuso, una Misa cien por cien moderna y no fácil de interpretar. La experiencia ha merecido la pena: por la hermosa iglesia donde se llevó a cabo; por los sacerdotes responsables de la misma; por las monjas Ursulinas que hace muchísimos años viven, conviven y trabajan para este pueblo; y –¡faltaría más!- por el mismo pueblo, la noble y antigua ciudad de Molina de Aragón, de la que nos hemos acabado enamorando los componentes de este Coro de “plumillas”.

Una vez cumplida nuestra tarea ilustrando con nuestras modestas voces la Misa dominical en la Iglesia de Santa María de San Gil,  los fieles asistentes decidieron no moverse de sus asientos, a la espera de alguna otra sorpresa musical…que efectivamente les teníamos reservada: 5 piezas un tantico más “mundanas” que la Misa de Leavitt, pero con un componente no menos “espiritual”, ya que se trataba de “espirituales negros”, una danza popular chilena…¡y hasta una canción zulú!. La “música global” estaba servida.

De modo que los fieles de Molina pudieron disfrutar este penúltimo domingo de abril de la música celestial y también de la humana a partes iguales. Ahora nos tocaba a nosotros, los 30 miembros del Coro, disfrutar también de la gastronomía local -que nos tenía reservada nuestro anfitrión Antonio Vega, propietario del Restaurante Cata Caldos- así como de los incomparables paisajes de la comarca del Alto Tajo, si bien la más próxima a Molina de Aragón. Tras un almuerzo la mar de sabroso (y no menos divertido) en el restaurante de nuestro colega Antonio, durante el cual los miembros (y “miembras”) de este original Coro de Periodistas dieron lo mejor de sus “voces lúdicas” cantando “a capella” no pocas de las piezas más “populares” de su ya amplio repertorio, y donde algunos también intentaron demostrar los ritmos del tango, el bolero y las zarzuelas, fuimos invitados a una sugerente excursión por el impresionante Geoparque de Molina.  El director del Museo de Molina, Juan Manuel Monasterio, nos acompañó amablemente en esta excursión, explicándonos con todo detalle la historia, la geología y la configuración de la zona.

Estábamos visitando una región que engloba a unos 70 municipios de la provincia y más de 4.000 kilómetros cuadrados. Molina es precisamente su localidad más importante; un municipio de la provincia de Guadalajara que pertenece a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. Se trata ni más ni menos que de la capital del centro económico de la comarca o Señorío de Molina-Alto y que cuenta, según el padrón municipal, con  3572 habitantes. Los suelos predominantes  del Alto Tajo provienen del “Mesozóico” (principalmente los jurásicos y los triásicos). De ello dan fe los terrenos dolomitas y las arcillas triásicas multicolores. Por si fuera poco, sorprende a los visitantes novatos

(como éramos la mayoría de los coristas) se revela formado de calizas dolomíticas de origen “cretáctico”, amén de otros de origen miocénico y cuaternario.

Los materiales de los que están formados los suelos de este espectacular geoparque son extremadamente variados y éste incluye en su propuesta la protección de varios lugares de interés geológico especial, entre los que se encuentra el cañón del río Gallo, afluente por la margen derecha del río Tajo, que atraviesa la localidad. Entre sus primeros habitantes hubo, a juicio del historiador Menéndez Pidal, algunos bereberes arabizados. Más tarde se convirtió en un pequeño reino de taifas, si hacemos caso a una referencia del Cantar de Mío Cid. Durante la Reconquista pasaron por aquí reyes (como Alfonso I el Batallador) u Alfonso I y su hermano Ramiro II. La corona de Castilla primero y los almorávides musulmanes después acabaron llevando a la región de Molina a un Señorío independiente. Enrique II de Castilla donó esta tierra a su lugarteniente Bertrand de Duguesclin hasta que la rebeldía de los pobladores molineses, durante la guerra entre Castilla y Aragón, consiguieron en 1366 ponerse bajo la soberanía aragonesa.

 

En la iglesia de Santa María de San Gil los fieles pudieron disfrutar este penúltimo domingo de abril de la música celestial y también de la mundana a partes iguales. La "música global" estaba servida."

De ahí proviene el nombre de esta limpia y sugestiva ciudad (anteriormente conocida como Molina de los Caballeros), donde no faltan castillos, murallas y restos de una época tan lejana y turbulenta. En 1375 retornaría a las Cortes de Castilla, cuando la Infanta de Aragón, Leonor, casa con el infante Juan de Castilla.

Ya más próxima a la historia moderna, durante la Guerra de la Independencia, la resistencia de los habitantes de Molina frente a las tropas napoleónicas, llevó a éstas a incendiar la villa, como represalia. Las Cortes de Castilla les concedieron, por este comportamiento el título de “Muy Noble y Muy Leal Ciudad”, que hoy día siguen ostentando.

 El Coro de la APM se ha sentido muy honrado al visitarla y dejar aquí sus canciones. En una villa llena de historia: desde ese Museo comarcal tan rico en piezas arqueológicas y paleontológicas hasta la flora y fauna de su parque y sus bosques; ese puente viejo románico sobre el río Gallo; esas iglesias de Santa Clara y Santa María de San Gil, (en ésta tuvimos la suerte de poder cantar “a coro”); ese convento de San Francisco fundado por doña Blanca, la última “Señora Independiente” de Molina;; ese Barranco de la Hoz, a 12 kilómetros de la Villa, con sus rocas, sus desfiladeros; esos cañones fluviales que rozan el Geoparque…

¡Ah! Entre los personajes más ilustres de la Villa figuran, según he podido comprobar, un periodista llamado Claro Abánades López (1879-1973), y un cantante barítono (Tirsso de Obregón i Pierrad (1832-1889), que dominaba la zarzuela….¡Casi como nos pasa a nosotros! ¡Todo un patrimonio merecedor de una visita! Y si es con música…¡mejor que mejor!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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